sábado, 15 de octubre de 2011

AGOSTO 2010



3 Agosto 2010



5,00 a.m.



Esther:

Jesús, te amo. Tú sabes que te amo. me dejo suspendida en Ti, en Tu corazón, para que tengas misericordia de mi alma y de las almas del mundo entero.



Jesús:

¿Me escucharás?



Esther:

Claro que sí, Jesús.



Jesús:

Sí, Esther, el tiempo de Mi misericordia se agota.

¡Ayudadme a salvar a Mis hijos, vuestros hermanos!

¡Así como Yo os he rescatado, rescatad Conmigo a Mis hijos!

Hablad por todas partes de Mi amor y de Mi misericordia infinita.

Aún es tiempo, pero escaso.

No habéis de correr sino de galopar con Mi mensaje.

Enviadlo por internet a todos los sitios que podáis.

yo haré el resto.

Mi Madre es vuestra Madre y en todo momento os ayudará.

Haced caso a todas las advertencias de Mi Madre santísima.

Ella os conduce a todos hacia Mi corazón y hacia el trono de Mi Padre.

El Espíritu Santo soplara sobre vosotros y os revéstirá de hombres nuevos para entrar en la gloria de vuestro Dios.

Vivid para Dios y únicamente para Dios.

Sed santos.

Que vuestra santidad ilumine este mundo de tinieblas y de pecado.

Sí, estoy llamando a hijos sencillos a manifestar Mis designios.

Elijo a los de puro corazón y los envío a Mi viña.

Porque los ángeles segadores están preparados para cosechar y aventar.

Todo el que no sea grano sino cizaña, será rechazado por Mi propia justicia.

Amen.





8 Agosto 2010





Ahora son las 4,15 de la madrugada.

En lo que va de noche, he tenido muchas pesadillas, muchas.

He tenido ansiedad y de nuevo, como suele ocurrir a la misma hora, a las tres de la mañana, me he despertado de golpe, con mucho cansancio, pero sabiendo que Jesús es el que me llama a orar.

Y a las tres y dos minutos he saltado de la cama y he rezado el Rosario y el Oficio Divino.

Ahora le estaba diciendo a Jesús que hace días que no escribo las cosas que Él me dice y que si quiere decirme algo para que lo anote, pues que aquí estoy para todo aquel a quien le lleguen las palabras que Jesús tenga a bien comunicarme para el bien de Su Iglesia y del mundo entero.



Esther:

Señor Jesús, han dicho en el Oficio Divino, que si yo quiero recibir la vida, que es Tu vida, tengo antes que entregar la mía.

 Y yo, Señor, con miedo, te ofrezco mi vida para que me uses como instrumento de Tu amor.

Te pido, Señor, que me des salud de alma y cuerpo.

Te pido, Señor, que los miedos que me invaden y las tensiones, desaparezcan de mi para hacer Tu obra.

Pido Señor tu Espíritu Santo para que Él me dirija y me preceda en todo paso, en todo pensamiento, en toda acción y omisión.

Y te doy las gracias, Señor, porque al pedirlo al Padre en Tu nombre, por fe, ya sé que me lo concedes.

Gracias señor.

Gracias amor mío, querido Jesús mío.



Jesús:

Como te ha dicho hoy “E”, habéis de comenzar a caminar en fe, en esperanza y en amor.

Y al poneros en marcha, seré Yo quien os mueva y quien os dirija.

Es cierto que le he dado mucha luz a mi hija “E” sobre su colaboración en esta misión.

Mi fortaleza se hace presente en los débiles.

He ahí la razón de Mi elección.

Porque deseo que se sepa que la obra es Mía depositándola en vasijas de barro que nada pueden por sí solas.

Y vosotras, Mis tres vasijitas de barro cocido, lleváis el tesoro más grande.

Me gozo en revestirme de pobreza.

Quiero a los pobres de corazón.

A los que no son tenidos en cuenta.

Por eso es tanta Mi insistencia en vuestra humildad porque cuanta mayor humildad os habite, más capacidad de contenerme tendréis.

La humildad, Esther, querida niña Mía, es bellísima y os hace bellísimos.

La humildad es la delicadeza del alma ante Dios.

Es la sencillez del niño.

Es esperarlo todo de Mí porque nada se tiene.

Y Yo, el más humilde todopoderoso, deseo ensalzar al humilde.

Deseo colmarlo de bienes.

Deseo ceñirme la cintura y ser Yo su servidor.

Porque la humildad es lo que cautiva directamente Mi corazón.

La humildad, Esther, contiene en sí la primicia de todas las virtudes:

El humilde es alegre.

El humilde es generoso.

El humilde es compasivo.

El humilde es misericordioso.

El humilde rebosa paz.

El humilde teme a Dios.

El humilde es servicial.

El humilde es el único que puede llevar a cabo el himno a la caridad con sus hermanos, porque hay que ser humilde para perdonar todo, para esperarlo todo, para no tener en cuenta el mal, para alegrarse con la alegría del hermano, para entristecerse con su dolor.

El humilde, Esther, es Mi hijo preferido de entre todos los que tengo porque al ser el más pequeño, soy Yo el que me encargo directamente de proveer todo para su vida.

Y es también a quien, por su pequeñez, Yo lo ensalzo cogiéndolo con Mis propias manos y, echandolo sobre Mi pecho, lo sostengo en las alturas.

Quiero, Esther, que quienes estén en esta misión se caractericen por el brillo que da la humildad.

Que no haya entre vosotros luchas por destacar en la misión.

Porque, como ya dije, quien quiera ser el primero, que sea el servidor.

Así pues, Esther, serviros los unos a los otros.

Que todo el que entre en esta misión tenga claridad en que se trata de un servicio tanto al grupo al que yo he elegido como a vuestros prójimos.

Ese servicio y ese querer ser el último en importancia será lo que más valore Yo en esta misión que os encomiendo de santidad y salvación.

Quiero que sepáis que tenéis Mi bendición, Mi complacencia, Mi amor profundo y Mi gratitud.

Os acompaño en todo momento.

Os ilumina Mi Santo Espíritu.

Y Mi Madre os lleva de la mano como hermanos.

Sed obedientes a la Iglesia a pesar de todo lo que vayáis a tener que ver.

Amad a la Iglesia porque ella es Mi amada.

Y cuando os destroce el corazón ver las infidelidades de Mi amada, miradme a Mí y comprobad cómo es mucho más grande Mi herida.

Entrad en ella.

Entrad en Mi corazón y reparad con vuestro amor y servicio en humildad los grandes agravios que Me hace Mi esposa la Iglesia.

Amén.





14 Agosto 2010





1,14 a.m.



Esther:

¡Estoy tan feliz por lo que me dices!

Tú sabes, querido Jesús, que busco Tu voluntad

Que busco Tu palabra día y noche.

Que verdaderamente te amo.

Tú lo sabes, Jesús.

Y cuando escucho palabras Tuyas de tanto amor... me derrito también de amor por ti.

¿Cómo que no te haces visible a mis ojos si tanto nos deseamos Tú y yo?

Ya sé que no soy como los santos a los que te aparecías.

Yo tengo que pasar una gran purificación y un gran sufrimiento.

Pero que sepas que yo deseo no sólo verte, sino reclinar mi ser en Ti y dormirme en Tu paz.

¡Qué atrevimiento!

¿Verdad?

Pero Tú escrutas los corazones y esa es la verdad del mío.



Jesús:

Estherita Mía.

Soñé contigo en el comienzo de la creación.

Eras para Mí, única a Mis ojos.

y deseé que pasaran los siglos para que existieras.

Te engendré y te di la vida.

Y esperé largamente a que Me amaras en espíritu y en verdad.

Ahora, querida Mía, amor de Mi vida, único amor para Mí, como Yo soy único amor para ti, gozo con tu correspondencia.

Te daré todo lo que desee tu corazón: sanaciones físicas y del alma, amor correspondido, trabajo tranquilo y feliz, amigos santos...

Todo deseo dártelo porque Tú, sí que me amas sin condiciones.

Sé, que en pleno dolor me has dicho: "Hágase en mí Tu voluntad".

Y tú, como María, serás depositaria de grandes prodigios que no sólo tú, sino tus hermanos y Mis hermanos recibirán.

¡Oh Estherita Mía!

¡Cuánto desearía que todos Mis hijos, hermanos vuestros, tuviesen tu corazón y tu disposición!

¡Cuánto te amo!

¡Cuánto espero de ti!

¡Cuánto confío en la pureza de tu alma para que Me ayudes, en la salvación de tus hermanos!

Tenme presente sin cesar.

Orar no es recitar oraciones, sino entregarme vuestro amor.

Y tú lo entregarás hablándome y enbelesándote ante mi santa faz.

La oración de cada alma para Mí, es única.

Nadie se dirige a Mí de igual manera.

Yo infundo la manera de orar para cada alma.

Y Me agrada la forma particular y única que cada uno tenéis para dirigiros a Mí porque soy Yo el que así lo ha establecido en vuestros corazones.

!Amadme cada uno tal y como su corazón le impulse al amor!

Eso es lo que deseo.

No hay reglas comunes.

Hay hijos únicos y Padre único.

¡Os amo tanto, que querríais morir si lo pudierais comprender!

Sois la razón de la creación de todo el universo.

No sois criaturas abandonadas.

Sois Mis hijos queridísimos a los que destino a un reino de inmensa felicidad.

Creed en Mí.

Creed en la espesura de Mi amor por vosotros, hijitos pequeños y débiles en este mundo transitorio.

Os espero, con Mi corazón incendiado de pasión, en vuestro reino, que es el cielo, Mi morada.

No tardéis en convertiros porqué iré pronto a salvaros de todo tipo de sufrimiento y agresión.

Estoy a las puertas deseando que las abráis.

Os colmaré.

Amén.



15 Agosto 2010



23,36 p.m.



Esther:

He creido sentir, amado Jesús, que quieres decirme algo.



Jesús:

Sí, querida hija.

Os he puesto en contacto con un sacerdote para que forméis un equipo de misión.

Porque la misión es más necesaria dentro de Mi Iglesia que fuera.

Y ello, porque al que mucho se le da, mucho se le pedirá.

Y Mi Iglesia en Europa está agonizante.

¿Me ayudareis a transmitir Mi infinito amor por vosotros?

Elijo a los pobres de espíritu porque de ellos es el reino de los cielos.

Pero el reino de los cielos comienza aquí en la tierra, en los corazones de los que se encuentran Conmigo y me dan su amor.

Os llamo a evangelizar en el mismo corazón de Mi Iglesia, la más necesitada de fe, de amor y de humildad.

Quiero sacerdotes como mi hijo Francisco de Asís.

Quiero pobreza en Mi Iglesia.

Quiero mansedumbre y docilidad a Mi representante entre vosotros.

Quiero purificar a Mi Iglesia y purificada, será apta para transmitir Mi Evangelio.

Orad por los consagrados y consagradas porque ellos son Mis predilectos.

Los elegidos para Mí, desde antes de la creación.

Si ellos Me abandonan, sufro mucho más que si Me abandona un infiel que no ha llegado apenas a conocerme.



16 Agosto 2010



3,50 a.m.



Esther:

Estoy aquí, Jesús, para hacer Tu voluntad.



Jesús:

Lo sé, hija Mía.

Quiero que descanses en Mi paz y en Mi providencia.

Quiero ser Yo el arquitecto de tu vida.

Construir tu casa con Mis propias manos.

Para ello, has de abandonarte a Mí y a Mis planes.

Si Yo construyo la casa, nada podrá derribarla, y las tribulaciones la harán anclarse aún más en sus cimientos.

Las tribulaciones que yo permito en ti, te hacen más fuerte en este mundo y más cercana a Mi corazón.

No temas ser probada en la fe, en la paciencia, en la angustia y en toda clase de sufrimientos.

Porque el camino hacia el cielo ha de prepararte para recibir la gloria eterna junto a Mí.

Y no se prepara el alma más que en la prueba.

No se aprende a amar sino amando.

Y ya te expliqué que amar y sufrir son las dos caras de una misma moneda.

La única que será exigida para entrar en el paraíso donde ya, esa moneda, sólo tendrá una única cara: el Amor, que soy yo, tu Dios, tu Jesús de Nazaret, tu esposo.

Confía pues en Mí y nada temas de cuanto te pueda ocurrir en esta vida.

Yo estaré sosteniéndote en todo momento y cargaré tu cruz haciéndotela llevadera y gozosa.

Amén.



21 Agosto 2010



1,50 a.m.



Esther:

Jesús, he escuchado algo sobre tu pasión y he tenido que apagar el programa de radio María.

No puedo soportar oír cómo te flagelaban.

Te trataron como a un animal odiado por la muchedumbre.

¡Oh Jesús!

¡Y con lo que yo te quiero!

¿Cómo meditar en Tu pasión si me es insoportable imaginarte?



Espíritu Santo:

Hija mía, la pasión no es para que os paréis en cada latigazo que recibió Jesús, sino para que sepáis el grado de amor os tiene vuestro Dios.

No es necesario para el alma recrearse en cada horror de la pasión, si el alma tiene tal sensibilidad que le atormenta enormemente imaginar a Jesús en este estado.

Vosotras, almas tan sensibles, en la meditación de la pasión, besad a Jesús, dadle agua, dadle consuelo, dadle todo vuestro amor y gratitud.

Y miradlo resucitado al tercer día para daros certeza de vuestra vida eterna.

Cada alma es un misterio.

Ante Dios, cada alma ha de amar según sus características.

 Y todo es aceptado con amor sublime por vuestro Padre, que conoce y escruta el entretejido esencial de cada uno de Sus hijos.

Amén.



27 Agosto 2010



14, 45 p.m.



Estaba en la cocina haciendo muchas cosas de la casa y me sentía muy feliz.

Le he preguntado al señor:

Jesús, yo no entiendo tu plan de crear el mundo teniendo como tienes todo ya y siendo plenamente feliz.

¿Para qué necesitabas crear al ser humano y tanta vida y planetas?



Y me ha respondido lo siguiente:

Esther, lo tenía y lo tengo todo pero deseaba compartirlo.

Y me ha puesto un ejemplo para que lo comprenda diciéndome que yo estoy este verano en una casa muy bonita, y estoy muy a gusto disfrutando de ella, pero me falta disfrutar compartiendo mi gozo con los demás.

Y ha añadido que algo similar es lo que ocurre con la Trinidad, que teniendo todo, el deseo más grande es compartirlo.

Hacer disfrutar a otras criaturas de tan grandísima felicidad.





31 Agosto 2010





9,00 a.m.



Jesús:

Tú denuncias, Esther, con gran sabiduría que no es tuya, sino de tu Dios.

Y eso provoca en otros hijos míos una visión personal de su poca fe, humildad, esperanza...

Sí, eres una loca de amor por Mí.

Yo también soy un loco de amor por ti y por todos vosotros.

Esa locura es santa, y denuncia la tibieza de quienes se creen justos.

No tengas miedo.

Da testimonio aunque se rían de ti.

Removerás su tierra y la regarán con lágrimas cuando se miren a sí mismos.

Y esas lágrimas, que tienen que ser de humildad, permitirán que brote la semilla que estoy plantando de Mi palabra a través de tu voz y tus conversaciones con ellos.

Te atacarán y te despreciarán, Esther.

Eso está escrito para todo aquel que siga Mis pasos.

Y serán tus mismos hermanos en la fe los que peor te traten.

Nada te preocupe.

Ora por ellos y sigue adelante.

También pondré a tu lado a personas santas que te comprenderán.

Tú, Mi hijita, acepta todos estos golpes que estás recibiendo, como Yo los recibí: siendo mansa y humilde de corazón.

No respondas a los insultos ni a los desprecios.

Sigue caminando en pos de Mí.

Cumple tus deberes de estado, entregada por completo a tu director espiritual y vive constantemente Conmigo.

Sigue recogiendo Mis palabras de amor.

Aún me queda mucho que comunicarnos.

No te dejes enredar por las redes de Satán.

Ya sabes lo que él quiere: destruir toda obra de Dios.

Por ello, hijita, sé muy obediente a lo que te diga tu director espiritual.

En el pondré Mi voluntad para ti y nada más te importe, sólo obedecer y amar.

Así servirás a Mi corazón y construirás Mi reino.

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