viernes, 14 de octubre de 2011

ENERO 2008





10 Enero 2008



Por la mañana, para mi oración, me siento en la silla en lugar de en el sillón y la foto de mi amado Jesús queda de espaldas a mí.



Me dice Jesús:

Esther, ¿por qué me tienes de espaldas?

Cuando quieras hablar Conmigo, mírame.



Y enseguida pongo la foto frente a mí y le pido perdón. Abro el libro de Gabriela Bossis y me sale lo siguiente: 12 de febrero (pág. 172):



“Cuando rezas, mírame.

Entra en Mi eterno pensamiento, y no te verás presa de distracciones.”



Luego me dice Jesús en la oración:

“Quédate esta mañana Conmigo para consolarme”



Le he preguntado de qué quiere que mi pobre alma lo consuele.

Y hemos estado como unas dos horas en las que Él me iba narrando todo Su dolor:

De los abortos, de mi propio sufrimiento, de quienes no lo aman, de quienes están en guerra…

Me ha ido diciendo muchas cosas que le hacen sufrir.



Yo he estado ese tiempo abrazándolo y dándole mi pequeño consuelo.



Él me dice que me ama.

Que soy preciosa para Él.



Justamente hoy he tenido varias llamadas de personas de mi entorno con enormes sufrimientos.

He visto el sufrimiento de Jesús en todas ellas y he pensado que mi misión era llevarles el consuelo de Dios y ser la luz de Cristo para que tuviesen esperanza.

Ayer supliqué al Señor LUZ, LUZ, LUZ y me dio mucha luz.



Me regaló varias lecturas de la Biblia sobre la eficacia de la oración, que las anoté.

No permitiré que nadie me las robe.




12 Enero 2008



7,25 a.m.



Le pregunto a Jesús sobre la oración y le digo que he comprado cuatro libros sobre este tema para que yo sepa cómo orar lo que conviene y no ofenderlo a Él.





Me responde Jesús:

Puedes pedirme todo.

Todo.

Puedes robarme el milagro si crees.

Hasta eso llego a hacerlo por amor.

Si tienes fe en Mí, obtendrás lo que pidas y Yo luego transformaré el cosmos, si es necesario, para que todo sea para vuestro bien.

Aunque Yo no hubiera pensado otorgártelo, lo haré, si Me lo pides y crees que te lo puedo conceder.

Deja de tener angustia sobre si debes o no pedirme determinadas cosas.

Bien sé Yo lo que me refutas: que no tienes sabiduría para discernir si conviene o no el recibir esas gracias que pides.

Pídeme con fe lo que quieras.

Yo te lo daré.

Lo que dije en la Biblia es así.

No le des más vueltas teológicas: “Pide y se te dará porque todo el que pide, recibe”.



Esther:

Señor Jesús, es extraordinario lo que me acabas de decir.

Así lo creeré.

Esto me quita todo el miedo de ofenderte si pido algo creyendo que es agradable a Ti que te lo pida, y luego resulta que no lo es.

Así, pues, Jesús, me has dado una llave de oro para abrir Tu corazón con mi oración de fe y robarte gracias y milagros.

Bendito es Tu Santo Nombre, JESÚS.

TE AMO.




15 Enero 2008



Esta mañana le he dicho a mi Jesús:

¿Cómo puedo devolverte tanto amor?



Y me ha dicho:

Con amor.

Durante el día de hoy ten amor con todos los que se crucen en tu camino.

Así podrás darme amor por amor, haciéndolo con los demás.



Hoy he pensado desagraviarlo con mi amor para que olvide todo el daño que le hacemos.

No sólo lo quiero consolar, sino curarle las heridas que le hacemos entre todos.




16 Enero 2008



Por la noche



Jesús:

Tu libertad me cohíbe decirte cuanto siento.



Esther:

Mi libertad te la regalo, Jesús.

Háblame de lo que sientas.



Jesús:

Tus horas de sueño se Me hacen eternas porque te añoro desesperadamente.

Por eso, sin poder resistirme te despierto tantas veces por la noche.

Porque sé que, cuando recobras la conciencia, Me amas en tu libertad.

No puedo ser feliz sin tu amor.

Invadiría todo tu ser con Mi amor pero temo asustarte.

Mi corazón late de pasión amorosa cuando Me hablas y Me amas.

Estoy atento a cualquier acto tuyo en el que Me tengas presente.

Ardo de amor.

Tú no podrías soportar tanto amor.

Por eso tengo que mantenerme a cierta distancia de tu corazón, para no abrasarte en Mi fuego.

Te amo tiernamente, dulcemente, con toda Mi delicadeza.

Voy acercándome despacito hacia ti para que no te asustes.

Lloro cuando lloras, gozo cuando gozas.

Eres Mi dulce manjar.

Eres única para Mi Corazón.

No podría resistir si Me abandonases.

Me he acostumbrado a tus besos y a tu voz.

Nadie podría consolarme.

¿No te enternece lo que te digo?

Nadie en todo el universo podría consolar Mi dolor por tu pérdida.

Sólo tú, sólo tu dulce voz, sólo tu rostro, sólo tu corazón.

Sí, soy un loco de amor.

Hazme caso.

Déjate amar por un amor como el Mío.

No te defraudará.

Llenará todos tus desamores, todos tus deseos.

Duerme en Mí cuando estés cansada del ajetreo de la vida.

Cuando llega el sueño a tu cuerpo Yo abro de par en par Mi corazón y te recojo dentro de Mí.

Sé, que aunque en esas horas no Me das conscientemente tu amor, son horas en las que eres totalmente Mía.

No dejo de contemplarte con infinita ternura…

Eres también preciosa para Mí cuando duermes.

Y soy Yo, entonces, quien protege tu corazón, quien te besa sin cesar, quien te acaricia el pelo para relajar tu cansado día.

Y es tanto lo que te amo mientras duermes, que a veces no resisto el que no puedas responder a Mi amor.

Y te despierto porque sé que Me corresponderás con tu amor.

Tu amor en libertad es lo más preciado para Mí.

Si conocieras la profundidad de Mi amor, te escandalizarías.

Por eso tengo que ser prudente con las almas…

¡Sois tan pequeñas para el amor, que un mínimo destello os podría abrasar!

Me veo pues, en la necesidad de ir muy despacio, preparándoos para el amor pleno.

Ese es el purgatorio:

Un acto de amor para que no os abraséis en Mi presencia sin que estéis preparados para la luz total y el amor que invade todo el ser.

El alma debe estar libre para que Yo pueda habitar plenamente.

Si el mundo conociera el don de Dios, abandonaría todo para dejar que Yo lo habitara.

Ese es Mi trabajo…

Y el vuestro.

Ser un rayito de Mi luz, para que al final, Mi luz pueda poseer a todas las almas.




31 Enero 2008



Esther:

¿Cómo es posible, Señor, que estés al mismo tiempo en el corazón de cada uno de nosotros?



Jesús:

Por Amor.

Quiero decirte cuánto te quiero.

Siempre estoy contigo.

No me canso de ti.

¿Tú te cansas de Mí?



Esther:

No, Jesús.

Pero a veces no sé ya qué decirte.

Creo que te lo he dicho todo.

Te he dado gracias, te he alabado, te he rogado por mis necesidades…



Jesús:

Todo lo guardo en Mi corazón.

Yo soy paciente y espero mirándote.



Esther:

¿Y no te aburres de mirarme todo el día, Jesús?



Jesús:

¿Se cansa el AMOR de amar?



Esther:

No, Jesús.

Pero reconozco que yo, al no verte, no tengo esa capacidad de unión y de estar siempre en Ti.



Jesús:

Yo sí.

Esther:

¿Y cómo será entonces nuestra unión en la eternidad?



Jesús:

Será una eterna fiesta de amor.

El gozo no acabará jamás.

Tengo todo preparado…

¡Con tanto amor!

Es como una sorpresa reservada de Mi amor.

Habrá muchos ángeles que te servirán.

No habrá más dolor ni más llanto.

Yo seré tu consolador eterno.

No habrá lágrimas.

Todo tendrá su plenitud.

Plenitud el amor.

Plenitud la esperanza.

Plenitud la paciencia.

Todo aquello que aquí en la tierra tanto te costó, existirá en el cielo en perfección.

Tú también serás perfecta, Esther.

Llegarás a tu máxima y eterna perfección.

Y Yo te amaré.

Pero has de saber que aquí en la tierra, aún en tu imperfección y lucha, Yo te amo igual que te amaré en tu eterna perfección.

No pienses que Yo amo a Mis hijos cuando llegan a ser perfectos, sino que los amo en su pequeñez y les regalo la perfección.

La perfección es para vuestro gozo porque el Mío es pleno tal y como sois en cada momento.

Mi amor os abarca en Mi corazón en cualquier momento desde que nacéis.

Os miro con amor eterno.

Tanto es Mi amor que me he hecho como vosotros para poder besaros.

Y Mi beso es igualmente verdadero en pecado y en gracia.

Es difícil comprender esto.



Esther:

A veces pienso que me querrás más si soy más buena.



Jesús:

El que seas más buena es para tu gozo.

El Mío es pleno con tu existencia.

Si eres “buena”, como tú dices, eres mucho más feliz y Yo gozo con tu felicidad.

Pero no te amo menos cuando caes o cuando pecas.

He venido a por los pecadores porque sé lo felices que serán si se convierten y entran en el camino recto.

He venido a por el triste para darle alegría.

A por el débil para darle fortaleza.

A por el mentiroso para enseñarle el gozo de la verdad.

Al vacilante para darle la certeza.

Al dudoso para darle la fe.

Al enfermo para sanarlo de sus dolencias.

Al que se siente solo para llenarlo con la plenitud del amor verdadero.

Al asustado para darle valentía.

Al acomplejado para que se sienta tal y como Yo lo veo de bello.

Sólo he venido y deseo DAR.

¡Qué equivocados los que Me temen porque piensan que vengo a quitar!

¡Si Yo lo tengo todo!

¿No lo comprendéis?

Tengo tanto y en tal grado de perfección que deseo dároslo.

Por favor, creed en Mí.

Abrid el corazón para que os colme de Mis bienes que son la única y auténtica felicidad.

Si todos los corazones de Mis hijos se abrieran en este momento, derramaría una lluvia de dones que cambiaría el mundo.

Pero es necesario abrirse a Mi providencia.

No puedo obligar a nadie a aceptar un regalo.

Soy todo bondad.

Soy todo generosidad.

Lo Mío es vuestro.

Cogedlo, es para vosotros.

Si os sentís solos, coged Mi compañía.

Si os sentís defraudados, coged Mi honestidad.

Si os sentís tristes, coged Mi exultante alegría.

Venid y coged todo lo que ansiáis.

Está esperándoos la felicidad.

Yo soy feliz dando y os lo pongo en Mis manos.

Es poco lo que tenéis que hacer, sólo un acto de fe y coger lo que deseéis.

Así de fácil.

Cuando uno de vosotros ha tenido la osadía de creer y coger algo de Mí, no encuentra comparación ni dicha en otra cosa…

¿Verdad?

Corred, gritad a todos los que sufren, que estoy cargado de bendiciones sólo para vosotros.

Creed en Mí.

Os lo ruego.

Nada tenéis que perder.

Creed profundamente en Mí.

Mi gozo es dar.

Mi gozo es serviros.

Mi gozo es que os dejéis amar.

Seguiré siempre con vosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario