sábado, 15 de octubre de 2011

FEBRERO 2009





2 Febrero 2009



11,28 a.m.



Jesús:

Esther....

Yo te llevo.

Yo ya he trazado tu camino.

Si te mantienes en Mí, no te perderás.

Mi camino para ti es el de la humildad, el recogimiento y la oración.

Yo te quiero a ti tan cerca como para que escuches Mi voz.

Recogida junto a tu amado.

En una vida sencilla.

En este momento quiero que estés junto a Mí y que nada te disperse de Mi presencia.

Escúchame a Mí y recoge Mis pensamientos.

Guarda cada vez más silencio exterior para dialogar más con tu Señor.

Aléjate de los asuntos del mundo que son tan pasajeros.

Por hoy, Esther, toda tú junto a Mí.

En su momento te iré diciendo lo necesario.

Yo no tengo prisa en mostrarme aceleradamente.

Yo soy un Dios paciente y el tiempo es Mío.

Ora y recógete en Mi y en su momento, en un solo instante, Yo actuare.



3 Febrero 2009



13,22 p.m.



Jesús:

Gracias por volver a confiar en Mí y en Mis palabras.

Nada te faltará si te apoyas por completo en Mí.

Esther....



Esther:

Dime Jesús.



Jesús:

Nunca te abandoné en este tiempo....

Esperaba paciente a que te volvieras a Mí con la pureza de los niños.

Has luchado y sufrido mucho.

Lo sé.

Y Yo estuve sosteniendo tu lucha.

Deseaba que lucharas por Mí, contra ti misma.

Ahora volveremos a la intimidad de los que vuelven a unirse.

Esther, Mi poder es inmenso y vuestra pobreza absoluta.

Sólo si acudís a Mí, encontraréis la fuerza.

Sólo si Me entregáis vuestra miseria, Yo la transformo en fortaleza, valentía, luz y amor.

En los peores momentos, Esther, haz ante Mí un profundo acto de renuncia a ti misma.

Anonádate como Yo lo hice y entrégame todo tu ser.

Yo te cogeré, fortaleceré tu nada y te llevaré a Mi esencia.

Participarás entonces de Mí y en Mí todo lo tendrás.

Ahora, con calma, entrégame tu corazón del nuevo.

Nada temas de Mí.

Tampoco temas nada de ti.

Si tú Me has entregado tu voluntad, Yo Me siento autorizado para actuar plenamente en ti.

Y Yo no actuó a la manera humana.

Yo soy Dios, tu Dios, tu amor pleno.

Es entonces cuando más has de abandonarte a Mi acción sobre ti.

Yo haré portentos y maravillas contigo porque te has entregado a Mi gloria.

Confía todo tu ser a Mi santo designio.

Nada temas.

Tampoco Marta ha de temer porque Yo, en verdad, soy quien os guio por el camino correcto.

El sacerdote os lo llevaré Yo.

Yo haré con vosotras signos extraordinarios.

Yo os iluminaré y vosotras, con Mi luz, alumbrareis el camino para muchas almas a las que amo y necesito.

Gozad de nuevo con Mi gozo.

Mi gozo es total por vuestra entrega.

Vuestra entrega humilde y oscura, pero ¿qué mejor entrega que vuestra propia realidad?

Nada sois y si eso llegáis a reconocerlo, nada más os pido.

Porque todo lo demás los recibiréis de Mi, directamente de Mí.

Abrid vuestros corazones a Mi gracia.

Derramo sobre vosotras bendición.

Os confirmo en la misión que deseo y para la que os he llamado.

Desde ahora, de nuevo os quiero dos niñas pequeñas.

Pequeñas y alegres.

Todo está dispuesto por vuestro Padre.

Todo está preparado para que lo recibáis.

Abrid todo vuestro ser para que os invada Mi luz y Mi sabiduría.

Ahora Yo os digo: confío en vosotras porque sé que Me amáis.

Y vuestras faltas y debilidades las hago Mías y las perdono porque no os falta el amor.

AMÉN.













7 Febrero 2009



9,38 a.m.



Jesús:

¡Oh dulce Esther!

No Me alejo de ti ni un momento.

Aunque sientas Mi lejanía, no es real.

Me mantengo en silencio para que crezcas.

Ya te considero capaz de dar pasos y por eso Me mantengo junto a ti pero sin que tú Me sientas.

Quiero que tu oración sea siempre: "FIAT".

Y añadas:

"Hágase en mí Tu santa voluntad".

Sólo así podré hacer maravillas con tu alma.

¡Déjame entrar en ti hasta lo profundo de tu ser!

¡Deja que Yo te talle a Mi manera, con Mis propias manos, con Mi sabiduría infinita!

Fíate de Mí.

Cree sin dudar que todo lo que estás pasando es Mi tallaje de amor sobre tu alma.

Cuando estés tan triste, Esther, busca tu consuelo en Mí.

Ven y reposa en Mis brazos, como cuando Me sientes palpablemente.

Yo sigo en el mismo lugar, esperándote, amándote.

Ven siempre a Mí.

Aunque no Me sientas, si vienes a Mí con ese ímpetu, los frutos de Mi consuelo y de Mi amor, los verás.

Esto que te hago pasar, Esther, son las noches oscuras del alma.

No Me ves, pero estoy.

Estoy en la cruz para ti.

Tú estás en la cruz para Mí.

Es un estado interior de crucifixión que te hago pasar para acercarte mucho más a Mí.

No te asustes nunca de esas noches pues tú sabes que tras la noche viene la aurora y luego la luz radiante del día.

Espera con paciencia a que Yo haga salir el sol para ti.

Ahora, Esther, que Me ves y Me sientes, ven también a Mí.

Ven a abrazarme y a gozar.

Pero no olvides que en la noche, Yo también estuve junto a ti.

Lloré contigo, sufrí contigo, amé contigo.

Y en la noche, Mi Santo Espíritu te sostuvo más fuer

te que nunca para mantenerte en la cruz junto a Mí.

No temas nada de Mí.

Mi amor, Esther, destila ternura para ti.

Mi amor por ti es incomprensible para tu pequeño ser.

Las palabras que tú conoces no expresarían, ni por asomo, cuánto te ama tu Dios.

Así pues, en tu incomprensión de Mi amor por ti y por todas Mis criaturas, déjate amar como Yo amo.

Deja que Yo disponga para ti los días y las noches oscuras.

Mi amor engloba el crecimiento para ti en santidad y en purificación.

Y esas noches tan oscuras que vives, Esther, purifican profundamente tu alma para acercarla mucho más a tu Dios.

¡Déjate, pues, hacer por Mí, a Mi manera!

A la manera de tu PadreDios.

AMEN.



16,38 p.m.



Esther:

Creo que me estás llamando, querido Jesús.

¿Es así?



Jesús:

Si, te llamo a Mis brazos.

Deseo tenerte Conmigo.

Deja todo y ven a Mi presencia.

¡Oh Esther!

¡Cuánto añoro que conversemos en intimidad, que Me escuches, que respondas a Mis llamadas!



Esther:

Me invade mucho sueño, mucho sopor, Jesús.

¿Qué es?



Jesús:

Soy Yo.

Tu descanso.



Esther:

Pues dime, Jesús.



Jesús:

Quiero corazones como el tuyo.

Tan cercanos a Mí, que apenas Me dirija a ellos Me respondan con un "sí".

Te miro complacido y lleno de amor.

¿Puedes verme?



Esther:

Si Jesús, te veo lleno de hermosura y de amor.



Jesús:

Sírvete de Mí.

Coge de Mi cuanto quieras.

Ven, acércate.

Con toda confianza, pídeme.

Esther, pégate a Mi corazón.

¿Confías en Él?



Esther:

Si, aunque tengo miedo.



Jesús:

Quien confía de veras no tiene miedo.

Has de confiar mucho más en Mí.



Esther:

Y, ¿cómo aumento la confianza?



Jesús:

Con más amor.

Si el amor por Mí te desbordara, no tendrías ningún miedo.

Si supieras y creyeras en verdad cuánto te amo, no dudarías nada sobre Mí.

¡Qué pequeña es vuestra fe!

¡Necesitáis tanto Mi ayuda!

Bien, la daré a quien Me la solicite.

Pedidme algo nuevo: pedidme ser capaces de ser amados por Mí.

Ahí está vuestra felicidad.

Si llegarais al menos a vislumbrar qué inmenso es Mi amor por vosotros, entonces entraría en vuestro ser la plenitud y la dicha.

Vuestro sufrimiento, Esther, es no ser capaces de ver Mi real amor por vosotros.

Yo, que todo lo puedo, os amo hasta el extremo.

Yo, que todo lo que poseo, quiero haceros partícipes de todo lo Mío y de Mí mismo.

Todo lo que te digo, Esther querida, es real.

Es más real que tú misma.

¿Lo creerás?

¿Ayudarás a otros a creer en Mi amor?

Dime que cuento contigo y Yo Me serviré de tu pobreza con Mi riquísimo caudal de amor.

Ahora entra en este sopor y adora Mi corazón.

Es de Mi corazón de donde emana el amor y la vida.

Adormécete en Mí.

Canta alabanzas a Mi nombre.

Yo te bendeciré eternamente.



8 Febrero 2009



9,51 a.m.



Esther:

¡Oh Señor!

Me dices que te pida, implorándote, y lo hago:

¡OH SEÑOR, APORREO YA TU CORAZÓN CON TODA MI ENERGÍA PARA QUE DE UNA VEZ ME OTORGUES ESTO QUE TE PIDO!

¡DÁMELO POR FE!

¡POR TU INMENSO AMOR, COMPADÉCETE DE MÍ Y DE MI SUFRIMIENTO!

¡DÁMELO YA POR TU MISERICORDIA!

LA ANGUSTIA ME DESBORDA. YA NO PUEDO MÁS, JESÚS.

COMPADÉCETE DE MÍ Y TRAE LA PAZ A MI CORAZÓN.

TÚ LO PUEDES TODO Y LO TIENES TODO EN TUS MANOS:

DAME LO QUE TE PIDO Y ARREGLA LAS COSAS PORQUE TÚ ERES TODO SABIDURÍA.

GRITO DESESPERADA IMPLORANDO TU GRACIA Y TU REGALO.

¡OH JESÚS!

AQUÍ ESTOY COMO MENDIGA CON LAS MANOS EXTENDIDAS ANTE TI PARA QUE ME DES.

¡OH SEÑOR!

NO PASES DE LARGO ANTE MÍ.

QUE SEPAS QUE TE PERSEGUÍRE Y TE MOLESTARÉ SIN PARAR HASTA QUE ME DES LO QUE TE PIDO.



17 Febrero 2009



00,00 a.m.



Esther:

¿Qué te pasa, Jesús?



Jesús:

Sufro y soy feliz al mismo tiempo.

Yo, Esther, puedo ser y hacerlo todo.

Es imposible que lo comprendáis.

Soy feliz porque soy Dios, sufro porque soy hombre y hermano vuestro.

Hay en Mí una dualidad perfecta.

Todo Dios y todo hombre.

Me hice hombre para sufrir con vosotros y llevar en Mí vuestro sufrimiento.

Aún lo llevo y lo llevaré hasta el final de los tiempos del mundo creado.

¿Cómo si no, comprenderos y cargar sobre Mi vuestra pobreza?

No sólo la cargué cuando estuve en la tierra viviendo.

La cargo a cada instante con cada uno de vosotros que sufre.

Dile a José que está equivocado.

Que Mi ser sufre enormemente por vuestro sufrimiento.

Que Me inmolo cada día por vosotros y por vuestra salvación.

Dile que no Me vea sólo como a Dios sino también como hombre, lleno de amor por Mi criatura y solidario hasta desear ser Uno con ella.

Si él sufre, dile que Yo sufro su sufrimiento.

Que Yo no deseo el sufrimiento de Mis amados hijos y que ese querer librarlos, hace que Yo, voluntariamente desee cargar y sufrir en Mí vuestro sufrimiento.

¿Cómo no sufrir si se ama?

Quien ama sufre.

Ni un solo amor está exento de sufrimiento.

Entonces, amado José, si tú sabes que Yo soy el Amor…

¿Cómo puedes pensar que no sufro?

Dile pues, Esther, que lo amo.

Y que precisamente por amarlo tanto, no paso de largo de su sufrimiento sino que Me abajo hasta él y lo hago Mío para cargar sobre Mí sus cargas, pecados y sufrimientos.

Dios es amor.

Es el Dios que carga con vuestra carga y que transforma en gloria vuestra cruz.



Solicito una corroboración.

Lectura al azar.

Sor Josefa Menéndez página 358.

"¡Ah!

¡Qué dolor tan agudo siente Mi corazón!..

Los mundanos hieren Mis manos y Mis pies, manchan Mi rostro...

Pero las almas escogidas, Mis esposas, Mis ministros, desgarran y destrozan Mi corazón.

¡Cuántos sacerdotes que devuelven a muchas almas la vida de la gracia están ellos mismos en pecado!

Y cuántos celebran así...

Me reciben así...

Viven y mueren así...

Este fue el más terrible dolor que sentí en la última cena, cuando vi, entre los 12, al primer apóstol infiel, representando a tantos otros que, en el transcurso de los siglos, habían de seguir su ejemplo.

La Eucaristía es invención del amor, es vida y fuerza de las almas, el remedio para todas las enfermedades, viatico para el paso del tiempo a la eternidad.



18 Febrero 2009



Esther:

Señor, vuelve a decirme José que nadie que esté en el cielo puede sufrir.



Jesús:

Yo estoy en todas partes: en el cielo y en la tierra y en vuestros corazones.

Sería malvado si os pusiera una carga de sufrimiento y Yo no la llevara con vosotros.

Yo deseo sufrir por amor.

El uno y el otro van indisolublemente unidos.

Deseo sufrir vuestro sufrimiento para que lleguéis a la plenitud del amor y vosotros solos no podríais si no es con Mi gracia y con Mi ayuda.

Mi sufrimiento es una elección voluntaria que Yo hago por el inmenso amor que os tengo.

Podría haber elegido no sufrir pero Mi camino y el vuestro es el sufrimiento.

¡Intenta amar sin sufrir por el sufrimiento del ser amado!

No podrías, porque entonces no amarías.

Yo sí podría, pero no quiero saber de vuestro sufrimiento y no desear hacerlo Mío para vuestra santidad.

Mi Padre eterno siempre habitó en el cielo.

Dile a José que lea cientos de pasajes del Antiguo Testamento y compruebe el dolor profundo de su Dios, al que tanto ama él, por la pérdida del amor de sus hijos.

Por amor y por dolor Me envió a Mí a la tierra.

Y Yo bajé para llenar Su corazón de amor y para calmar Su dolor.

La Trinidad ama y sufre.

Es más, ama y por ello sufre.



20 Febrero 2009



5,33 a.m.



Jesús:

Deja todo (estaba bordando).

Esther, te quiero en Mi corazón.

Te quiero recogida y para Mí.

Vive en Mí y desde Mí.

Así Me agradarás.

Yo descanso en ti y deseo que Me acojas.

Recogida en Mí, conversaremos.

Reclínate en Mí...

Yo sostengo el universo.

¿No te voy a sostener a ti?

Eres Mi amada, Mi predilecta, Mi pequeña.

Déjate acariciar por Mí, tu Dios.

Nada se perderá si Me lo entregáis a Mí:

sufrimientos y alegrías, dádmelo todo.

Como un hijo que le da la paga completa al padre con la humildad y plena confianza de que el padre hará buen uso del esfuerzo de su hijo.

Dadme vuestra pequeña paga como señal de amor.

Yo soy rico, no la necesito.

Pero la deseo porque es un acto de amor con vuestro Padre.

Y Yo os colmaré.

¡OS QUIERO TANTO!

¡TENEIS TAN POCO!

Yo soy el dueño universal y derramo Mis dones sobre la tierra, pero especialmente sobre Mis hijos más amados y más amables para Mi corazón.

Confiad en Mí.

Dadme vuestro pequeño jornal de cada día.

Yo soy el que multiplica.

Ahora descansa en Mí, Esther.

Te amo.

Sé que Me amas.

AMÉN.



27 Febrero 2009



23,52 p.m.



Esther:

He pasado un día muy desolador

A medio día, Jesús, me derrumbé.

Estoy además en parálisis.

¡Oh Jesús, qué debilidad la mía!

Y a estas horas aún no ha llegado mi hijo.

Siento mi soledad como pesada.

Y aquí estoy, Jesús, para Ti y en Ti.

Por favor, que llegue mi hijo y llegue bien, estoy preocupada.



Jesús:

Déjate caer en Mis brazos.

Estoy contigo en todo momento.

Te amo.

Te exijo mucho, lo sé.

Es por Mi amor por ti.

Tallo Mi propio rostro en tu alma.

Antes de hacer milagros, estuve en una vida oculta y de oración.

Así tú, imitando a tu Maestro.

Tu soledad es tu refugio.

Te quito del mundo mientras tallo en ti Mi rostro.

Quiero que, cuando salgas, la obra esté muy adelantada.

Aún no es tiempo.

Así que, déjate en Mis manos.

Deja que Yo haga y deshaga.

No preguntes sino déjate hacer.

Yo sé bien lo que pretendo contigo:

Te deseo bellísima y bellísima serás si te anonadas ante Mí.

Saldrás cuando estés preparada.

Mientras tanto te mantendré escondida y protegida en Mi mismo corazón desde donde te hago a Mi semejanza.

José también está siendo tallado y embellecido por Mis manos.

AMÉN.

No hay comentarios:

Publicar un comentario