sábado, 15 de octubre de 2011

JULIO 2010





1 Julio 2010



13,33 p.m.



Esther:

Aquí estoy, Jesús, desolada de nuevo.

Llena de culpas por si acaso Te he ofendido al contarle a mi hijo y a su amigo la conversación que tuve ayer con X, su madre.

Deseo, Señor, tener un esposo ante quien yo pueda dialogar.

Un esposo juicioso y santo que me ayude a no desviarme de Tu camino de justicia.

Porque en estas situaciones en las que mi alma sufre, deseo tener a una persona que me ame mucho y me pueda corregir.

Estoy muy triste, Jesús.



Jesús:

Sí, lo sé.

Sé el estado en que te encuentras de profunda tristeza y soledad.

No quiero que te sientas culpable sino que ames en verdad y en justicia.

Y amar en verdad es decir siempre la verdad aunque ello te acarree sufrimiento.

Y tú, hijita Mía tan querida, no has faltado a la verdad a pesar de que sabías que harías daño.

Pero ese daño actual puede salvar el alma de X, del engaño en el que vive y de la manipulación que intenta hacer con los demás a través de su minusvalía.

Yo, Esther, te mando a denunciar todo aquello que es contrario a Mi corazón.

Y esa denuncia te acarreará mucho sufrimiento porque serás rechazada como luz que molesta y que quiere ser quitada de en medio.

Quien vive entre tinieblas no soporta la luz y aunque la luz quiera iluminar tanta oscuridad, si no es admitida, si es tapada, escondida y despreciada, no podrá hacer su función, no podrá iluminar.



Esther:

Jesús, y ¿qué debo hacer entonces con X?



Jesús:

Ámala como Yo la amo.

Y amarla como Yo la amo es corregirla con toda la misericordia de la que seas capaz.

Recuerda que cuando Yo estuve con vosotros en la tierra tuve que decir muchas veces:

“Vete y no peques más”.

Así tú, hijita Mía, imitando a tu Maestro.

Si ves en tu hermano una desviación de lo que es el amor puro has de decirle:

“Esto veo de tu comportamiento que no es agradable al Señor. Medítalo ante Él, y no Le ofendas más”.

Yo, Esther, si llevas Mi evangelio a Mis hijos, te estaré eternamente agradecido.

No tienes mayor misión en tu vida que ser portadora de Mis palabras de amor y de santidad.

Y X, en las postrimerías de su vida, ha de ser generosa.

Que no se engañe ni engañe a nadie más creyendo que ama profundamente a sus hijos.

Porque se ama a sí misma.

Y su enfermedad no la ha llevado a la sabiduría sino a un mayor egoísmo.

Orad por ella.

Orad para que el divisor la deje y ella pueda descubrir su engaño y nacer de nuevo en Mi verdad.

Amén.



8 Julio 2010



7,37 a.m.



Esther:

Buenos días, amado Jesús, Padre, Espíritu Santo, Virgen María, ángeles y santos.

Gracias, Señor, por la vida que me regalas.

Gracias por el cuidado que tienes de mí.

Antes de pronunciar una palabra, ya Señor la conoces, porque sondeas mi corazón.

Envuélveme en tu amor, Jesús, e inúndame de Tu misericordia.



Jesús:

¡Esther!

Siempre estoy contigo.

Escucho y hago Mías todas tus oraciones.

¡Si supieras, cuando te diriges a Mí, con cuanto amor y ternura te siento!

Cuando oráis, hacéis que Me sienta muy amado.

La oración de fe abre por completo Mi corazón y comienzan a derramarse gracias y bendiciones.

Almas orantes, ¡qué delicia sois para Mí!

Entráis en Mi corazón como invitadas de honor a las que deseo dar un espléndido trato.

Sois bienvenidas.

Sois deseadas.

Sois recibidas con todo deseo.

Cuando el alma ora, con fe, humildad y confianza, Yo la siento en Mi trono de gloria, le cedo Mi lugar y la sitúo ante Dios Padre para que ocupe Mi puesto.

El alma orante es recibida como hija, como Yo soy Hijo.

El Padre se goza y complace con la cercanía de Su alma querida, ofrecida por Mí, como triunfo del bien sobre la tierra.

El alma orante da gran gloria a Dios y pisa la cabeza de la serpiente.

Vuestro crecimiento está en la oración de fe.

Os vais haciendo almas grandes a medida que aumentáis vuestra oración a Dios.

Tenéis un trono de oro y diamantes frente a Dios si os dirigís a Él con la oración.

Es un trono real porque sois hijos del Rey de Reyes.

Ahí, en esa posición de privilegio ante Dios, podéis llorar, suplicar, gozar de su presencia, dar gracias, alabar, danzar...

Todo está permitido y todo es recogido por un corazón infinito de amor y de ternura.

¡Oh almas orantes que sostenéis levantada la mano derecha de vuestro Dios!

¡Oh, almas amadas!

Obtendréis de vuestro Padre mucho más de lo que pedís porque Él añade Su sabiduría para colmaros en vuestras solicitudes.







11 Julio 2010



14,57 p.m.



Esther:

¡Oh, Jesús!

Eres maravilloso para mí.

Vengo a postrarme, vengo a adorarte porque eres Dios.



Jesús:

Esther, ¿comprendes Mi amor?

El amor profundo y verdadero que os tengo me lleva también a postrarme.

Postrarme ante el corazón al que tantísimo amo.

Tu corazón.

Tu único corazón.

Tú eres Mi objeto de amor.

Tú eres Mi delicia.

Tú, quien lees estas palabras sólo inspiradas por Mi gran amor.

Yo soy tu respirar pero tú eres también Mi respirar y Mi ser, Hijo de Hombre.

Ha sido tan alto Mi amor por ti que Me he hecho tu respirar, tu palabra, tu esencia.

Y todo por amor.

Estás perdida sin Mí, pero yo también estoy perdido y cabizbajo sin tu amor.

¡Oh, Mi inmenso corazón!

Nada escatimo para que Me ames.

¡Es un grito al abismo y a todo lo creado para que Mi criatura Me ame con todo su corazón!

¡Oh, hijitos de Mi corazón y de Mis entrañas!

¡Cuánto os amo!

¡Os amo hasta morir!

¡Os amo hasta dejar Mi gloria por vosotros!

!Oh hijitos, soy el gran YO SOY, y os amo tanto, tantísimo!

¡Soy vuestra existencia y vuestro soporte!

¡Amadme por favor!

¡Amadme en verdad!

¡Amadme en sencillez!

No hay otro fin en Mi creación que el que conozcáis Mi amor y Me correspondáis con el vuestro.

¡Oh hijitos!

¡Oh, Mis amados!

¡No puedo ser eternamente feliz sin recibir de Mi propia creación la correspondencia a Mi amor!

Tengo todo, pero decidí crearos por la soberanía de Mi amor.

Y no descanso sin que Me correspondáis.

No soy autosuficiente en el amor cuando os he creado para que Me améis.

(Le dije a Jesús que Dios, por ser Dios, es autosuficiente y que nada necesita.

Y me dijo que desde que cada uno somos creados, Él sí que necesita de nuestro amor.

Y me puso el ejemplo de una madre y un padre, que son muy felices juntos y mientras no tienen hijos, no necesitan de su amor. Pero que cuando conciben a un hijito, no pueden prescindir ya de ese amor).



¿Queréis corresponderme?

Por favor, acoged Mi amor.

Porque es bendito.

Es verdadero.

Es único.

¡Os amo, oh creación salida de Mi costado traspasado!

No Me arrepiento de amaros.

Cada uno de vosotros sois para Mí, la esposa.

Soy un loco de amor.

Mi amor hará todo para conquistaros.

Hará proezas, milagros.

Os hará nuevas criaturas si, en libertad, os entregáis a Mis manos amorosas.

¡Oh hijitos!

¡Cuánto amor Me inunda!

Amén.



12 Julio 2010



23,33 p.m.



Esther:

Sólo quiero escucharte, amado mío.

Guardaré silencio para ello, como me has dicho.



Jesús:

Haz silencio en lo más profundo de tu alma.

Porque Yo hábito ahí, en el centro de tu ser.

Comprendo y asumo tus quehaceres.

Yo he estado contigo en todo momento.

Por ello he guardado silencio ante ti para no molestarte en la concentración que debías tener.

Ahora queda poco de tu tarea, y tímidamente vuelvo a manifestarme en ti con Mis palabras.

¡Ay, Esther!

¡Qué grande es Mi amor por ti!

¡Cómo Me complace un alma pura y sencilla!

Sois Mi imagen y semejanza.

No temáis los limpios de corazón.

Yo estoy plenamente con vosotros.

En nada Me complazco más que en un alma pura.

En ellas tengo Mis delicias.

Vosotras sois Mi tesoro y os solicito para llevar vuestra santidad a los hermanos que tenéis.

Se cumplirá Mi promesa en tí en un breve plazo.

¡Es tanta tu fe!

Me vives presente en ti a pesar de que no Me ves.

No puedo negarte nada porque una fe así, lo consigue todo.

Yo amo tu ser porque al amarme profundamente tú, te conviertes en criatura infinitamente deseada por tu Dios.

Tu fe Me conmueve, hijita.



13 Julio 2010



20, 15 p.m.



Espíritu Santo:

¿Me amas?

Yo soy todo Amor.



Esther:

Señor, hoy me siento que me falta fe, esperanza y caridad.

Estoy cansada y deprimida.

Mi madre me hace mucho sufrir.

Me aleja de Ti, Señor.

O más que alejarme, suscita todo tipo de tentaciones contra la fe que he depositado en Tu corazón.



Jesús:

¡Oh, ven a Mí, querida niña!

¡Ven que te coja por completo y te estreche!

Has de perdonar sus desprecios como Yo te perdono a ti.

Desecha de ti el juicio que sobre ella tienes y la ira que ha suscitado en tu corazón su comportamiento.

Sé misericordiosa como Yo lo soy con todos vosotros.

Haz un acto de fe y de humildad y dime:

"Querido Jesús, en Tu nombre y por la fe que en Ti deposito, perdono, acepto, bendigo y Te entrego a mi madre para que Tú la sanes de sus profundas heridas. Dale un corazón misericordioso como misericordioso es Tu corazón. Apiádate de ella y de su alma y no le tengas en cuenta su pecado porque no sabe lo que hace Amén".

Y Yo, querida Esther, multiplicaré sobre ti Mis gracias y bendiciones.



16 Julio 2010



4,00 a.m.



Esther:

Jesús, no sé bien que deseas que yo haga para hacerte feliz.

Aunque bien sé que Tú no necesitas nada, pues tienes la plenitud.

Sin embargo, si me llamas en mitad de la noche para acompañarte, has de ayudarme a saber que Te agrada más que yo haga.



Jesús:

Esther amada, gozo con tu compañía.

Sencillamente con saber que te he llamado y no has dudado en levantarte de la cama a acompañarme.

No es tanto lo que hagas en estas horas de la noche sino lo que Me ames.

Y Me amas rezando el rosario o bordando.

La oración, Esther, es una unión con el amado.

Y si tu corazón lo tienes dentro del Mío, santificas cualquier actividad que hagas o el silencio y la quietud que guardes junto a Mí.

Quiero que Me veas como lo que soy para ti: tu enamorado.

Hay veces que los enamorados charlan y se comunican sus pensamientos.

Bien, eso Me agrada.

Otras veces, emprenden proyectos juntos y los llevan a cabo ayudándose mutuamente.

Bien eso Me agrada.

Otras veces, cuando uno de los amantes está triste, el otro deja todos sus quehaceres e idea mil maneras para sacarlo de su estado.

Eso, Esther querida, Me agrada también.

Y hay otras veces en que es tanto y tan fuerte el amor que une a los amantes, que ya no caben las palabras entre ellos, ni la acción, ni el consuelo.

Y hay entre ellos un deseo tan violento de poseerse, que acallan sus sentidos y buscan el silencio y la intimidad para amar y saberse amados.

Eso, Esther amada Mía, es el más sublime acto entre los que se aman.

Y Yo lo deseo con vosotros.

Pero ha ser cuando la relación entre Dios y el alma haya recorrido un camino de encuentro, conocimiento, enamoramiento y amor sublime.

Yo os llevo a todos al desposorio.

Os llevo a la entrega a Mí porque Yo deseo ardientemente entregarme al alma que Me ama.

Yo soy el esposo ardiente de amor.

Yo soy el que más os desea.

Yo soy.

Lo soy todo.

Y todo lo dono a quien Me ama y Me desea en él y para él.

Acepta y cree en verdad todo lo que te digo, porque es una declaración de amor y deseo, al alma que ha abierto las puertas de su corazón a Dios.

Nadie que Me busque y Me desee en plenitud, será defraudado.

Nadie quedará al margen de Mi amor.

Y, en especial, colmaré de delicia a aquellos que nada tienen y que se han vaciado de lo que el mundo les ofrecía.

A ellos Me manifiesto con la totalidad de Mi ser y con dones extraordinarios que le harán sensiblemente conocer la altura, la anchura y la profundidad de Mi amor.

Amén.



24 Julio 2010



9,20 a.m.



Esther:

Buenos días, Jesús.

Toda yo soy para Ti.

Hoy estoy alegre porque ayer, por Tu auxilio, no caí en una tentación y tengo grandes propósitos para luchar, con Tu gracia, contra las tendencias que no son santas.

¡Ayúdame, por favor!

Lo espero, sin duda, de Tu amor y de Tu misericordia.

Pongo ante Ti, Señor, todos mis afanes.

Sal conmigo a la lucha y venceremos.

¡Deseo tanto superar estas flaquezas!



Espíritu Santo:

Soy Yo a quien invocas cuando necesitas fortaleza para la lucha.

Soy Yo quien proveo tus armas para que seas invencible.

¡Oh hijitos Míos!

Yo estoy siempre con vosotros.

Me he quedado en la tierra para auxiliar.

Mi aliento se esparce por todo el universo.

Es el aliento de vida y de verdad.

Yo soy la vida.

Y os doy vida en abundancia.

Yo soy el inspirador de vuestros deseos para agradar al Padre y al Hijo.

Yo soy el guerrero.

El fuerte.

Yo estoy siempre en el campo de batalla para salvar a quien Me invoque.

Por ello, hijita Nuestra, tú que Me invocas con tanto deseo y necesidad, serás auxiliada con Mi poder.

Con el poder de DiosPadre que, por Su amor hacia ti, te hace tan elevado regalo.

Yo soy tu regalo de amor.

Y en Mí se hallan todos los regalos que pudieras desear: la salud, la ternura, la mansedumbre, la fortaleza, la alegría, la humildad, la sabiduría, la ciencia, el consejo y discernimiento, la piedad, la misericordia, el entendimiento, la longanimidad, la benignidad...

Todo lo poseo y todo es tuyo.

Mi amor por ti es infinito y eterno.

Mis deseos de tu santidad me mueven a donarme a ti.

Soy tu Padre consolador, tu Padre sabio, tu Padre prudente, tu Padre tierno, tu Padre amantísimo.

Soy tu Madre dulce, tu Madre veladora de tu salvación, tu Madre complaciente, tu Madre entregada al hijo de sus entrañas.

Soy el compendio de todo porque soy el Amor.

Hijitos Míos, estoy aquí para vosotros.

Deseo que Me invoquéis de todo corazón porque nunca os abandonaré.

Ante la invocación de Mi nombre Me hago presente en Mi auxilio y benevolencia.

Amén.





28 Julio 2010



12,10 a.m.



He sentido en mi corazón, después de una oración a las santas llagas de Jesús, como que Él quería hablarme.

Pero no estoy segura porqué yo soy nada y Él lo es todo y entonces muchas veces dudo de que Él se quiera dirigir a mí.

Pero como sé que me ama tanto quizá eso le mueve a querer estar junto a mí.

Y yo ahora mismo, llamo al Espíritu Santo porque me dijo que cada vez que lo llamamos Él se hace presente ya que es el regalo de amor que el Padre ha querido dejarnos después de la estancia de Jesús aquí en la tierra.



Esther:

¡Espíritu Santo querido, queridísimo, amadísimo... que tanto me ayudas...!

Ven a mi alma.

Espíritu Santo, haz que yo quite de mí, todo tipo de razonamientos que me hacen pensar que esta intimidad que tengo con Jesús es cosa de invención. Quítalo de mi, Señor, Señor Espíritu Santo.



Y si el Señor quiere dirigirse a su niña pequeña, indigna pero que se sabe amadísima por él, pues dile, Espíritu Santo, que yo estoy deseando de oírlo, de abrazarlo, de besarlo, de recostarme en Él, de vivir siempre junto a Él, bajo Sus alas, bajo Su aroma, bajo Su luz, bajo Su palabra.



Jesús:

¡Esther querida, cuanto llenas Mi corazón!

¡Cuánta ternura hay en tu alma para Mi!

¡Que pequeños sois y qué importantes para Mi ser, para Mi corazón!

No sabréis nunca en qué alta estima os tengo.

No conoceréis en la tierra mi gran designio por vosotros.

Pero sois Mis hijos, criaturas queridas.

Sois lo que más amo de toda la creación.

Sois hechos a Mi imagen y semejanza.

Y ello Me hace amaros por encima de cualquier otra criatura.

Esther querida, Me pediste por tus necesidades y me contaste tus sufrimientos.

Me dijiste que te sentías muy sola.

Y heme aquí que, escucho tus súplicas y proveo tus necesidades.

Confía plenamente en Mí.

Yo voy moviendo circunstancias y corazones para ti.

Te dije, Esther, que durmieras en Mi regazo porque Yo construiría tu casa mientras reposas.

Y heme aquí que cumplo Mi palabra porque soy fiel a Mi mismo.

Tú, hija Mía, viendo tu impotencia te recostaste en Mi y te olvidaste de tus angustias.

Y yo, guerrero valeroso, salgo mientras duermes, al campo de batalla y construyo todo tipo de delicias para ti.

Quiero que aprendáis lo siguiente:

Yo puedo hacerlo todo.

No necesito de nadie ni de nada.

Cuando Yo os pido abandonaros a Mi es porque estoy dispuesto a hacerlo todo Yo.

El abandono en Mi es descanso para vuestra alma.

Y en ese abandono, si Yo os pido algo concreto, hacedlo.

Pero quiero que sepáis que me es más importante vuestra actitud de esperarlo todo de Mi que el esfuerzo de hacer las cosas para conseguirlas.

Por eso, querida hijita, tú que has venido confiada a Mi y te has quedado dormida en Mis brazos esperando, en fe, que todo lo haga Yo, te aseguro, querida hija de Mi corazón que no fallaré a tus expectativas.

Que Mi palabra se cumple con perfección.

Y que quien se abandona como un niño, que nada puede por sí solo, a los brazos de su madre obténdrá la comida a su tiempo, la bebida, la limpieza, el cariño, la ternura...

Todo lo obtendrá de Mi porque todo aquello que digo no dejara de cumplirse jamás.

Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario