sábado, 15 de octubre de 2011

MAYO 2009





6 Mayo 2009



6,00 a.m.



Estaba conversando con Jesús sobre cómo seremos con nuestros cuerpos resucitados y yo miraba mis manos pensando ¿tendré estas mismas manos cuando esté junto a Jesús?



Y Él me ha dicho:

En el cielo tendrás manos.

Tus mismas manos pero resucitadas y podrás tocarme y acariciarme.



Sor Faustina:

¿Quieres que te lo repita por escrito?



Y el Señor ha ido diciéndome frase por frase del libro de sor Faustina todo lo que me estaba relatando.



9 Mayo 2009



10,30 a.m.



Esther:

Querido Jesús, me has dicho que me prepare para anotar tus palabras.

Y aquí me tienes, como la más pequeña de la tierra entregada a tu servicio.

Habla Señor, que tu pequeña y miserable sierva te escucha en oración.



Jesús:

¡Cuánto te amo!

Escucho todas tus oraciones y súplicas.

Las escucho tan atentamente, que cada vez que te diriges a Mí te recibo directamente en Mi corazón.

Cuando Me llamáis, no os digo ya que acudo a escucharos, sino que os meto en Mí para que vuestra oración sea Mi propia oración al Padre.

Quiero que sepáis que cada vez que oráis, estáis en Mí.

No temáis en pedirme milagros.

Yo todo lo puedo.

Es más, deseo otorgar lo que Me pedís.

No vaciléis, no dudéis en que todo lo que pidáis al Padre en Mi nombre, os lo concederá.

¿Qué padre al que su hijo le pida algo, se lo va a negar?

El Padre vuestro, que está en los cielos, os dará mucho más de lo que pedís porque su gozo es dar, es salvar, es sanar, es ver a sus hijos en la plenitud de la felicidad, como Él es feliz.

Así pues, Mis queridos hijos, pedid, pedid, pedid.

Pedid por vosotros, pedid por vuestros hermanos, pedid que tengáis éxito en vuestros proyectos santos.

Pedid por la salvación integral de vuestros hermanos, de la carne y del alma, pedid alimento si estáis pasando hambre, pedid bebida si estáis pasando sed.

Yo soy el alimento, Yo soy la bebida.

Yo lo llevo todo en Mí para vosotros.

¿Cómo no gozáis?

¿Cómo Me atáis las manos, con vuestra poca fe, si lo que Yo deseo es derramar gracias, dones, presentes, sobre Mis queridos hijos?

¡Oh, por favor, saltad de gozo!

Vuestro Padre ha tenido a bien colmaros de riqueza, haceros príncipes de su reino, colmaros de gracia y de ternura, disponer de todo, y no únicamente de lo necesario, para sus hijos amadísimos.

Proclamad la buena noticia.

Proclamad que tenéis un Padre rey y dueño del universo.

Proclamad que todos sois Mis hijos.

Proclamad que Yo, a todos os amo infinitamente.

Que nadie dude en venir a Mí.

Todos sois hijos legítimos con derecho a herencia, a ternura, a cuidados del alma y del cuerpo por parte de vuestro Padre del cielo.

Romped los miedos que os atan de la incredulidad.

¿Por qué no creéis en Mí?

Pues sabed, que todo aquel que cree en Mi nombre y se confía a Mí, obtiene todo lo que desea.

Os lo aseguro, todo lo que desea su corazón.

Así de generoso es vuestro Padre.

Vuestros deseos, en fe, humildad y confianza, son órdenes para vuestro Padre celestial que no puede contradecirse a sí mismo.

El os ama como os amo Yo.

Nuestro deseo es que vengáis al reino, a vuestro Rey.

Un reino de príncipes queridos, gobernado por el Rey del universo.

Confiad totalmente en Mí.

Confiad.

Confiad.

Confiad siempre.

Mi amor os bendice.

Bendice a toda la tierra, a toda la creación.



14 Mayo 2009



5,49 a.m.



Jesús:

Te quiero mucho, Esther.

Gracias por tu obediencia y docilidad.

Descanso en ti.

Tú eres el refugio de Mi corazón.

Deja que te diga cuánto te amo, porque al amado le agrada, es más, necesita decirle a la amada cuán grande y tierno es su amor.

Te rodeo con Mis brazos, eres la dulzura para Mí.

Mi corazón se estremece al acercarse a ti.

Mi Espíritu se une al tuyo y forman un mismo pensamiento y un mismo sentir.

Escucha Mis palabras de amor.

Cree en Mis palabras de amor, que siempre van acompañadas de hechos verdaderos.

¿Puede alguien rechazar al amor?

Yo soy el Amor de los amores.

Yo soy el verdadero Amor.

Yo soy la verdadera vid.

Quien permanece en Mí, en Mi amor, participará de Mí.

Y Yo fluyo a su alma con renuevos de vida.

La vida florece con la muerte.

Vuestra muerte es vuestra propia vida.

No temáis a la muerte, desead más bien la muerte.

La muerte, es una muerte al dolor, a la nostalgia de vuestro Padre.

Con la muerte se produce la resurrección.

Y la resurrección es la auténtica vida deseada por vuestro Padre para vosotros, queridísimos.

Nada temáis los que os habéis entregado a Mí.

No temáis el sufrimiento, no temáis vuestra fragilidad, no temáis ni siquiera tener pecados.

Porque Yo, supremo Maestro, hasta el pecado lo transformo en santificación para vuestra resurrección en Mí.

Amadme.

El amor cubre con su manto cualquier pecado.

Yo, que soy el Amor, derramo Mis gracias sobre Mis hijos cubriendo y eliminando toda inmundicia.

¡Transformaos en Mí, transformaos en amor!

El amor os salva.

El amor es resurrección.

Para poder amar, debéis abrir las compuertas de vuestra alma para que Yo, el amor verdadero, Me aposente en ella.

Y desde ahí, Yo amaré en vosotros y os haré santos.

Nada os preocupe sí Me tenéis a Mi, puesto que Conmigo va el salario abundante con el que podréis obtener cualquier deseo que os hace felices aquí en la tierra.

Quien confía de verdad, lo obtiene todo de Mí.



15 Mayo 2009



00,56 a.m.



Esther:

¡Oh querido Jesús!

A ti acudo porque estoy muy triste.

¿Por qué?

Por mi amiga tan enferma y sus hijos y sobre todo por la promesa que me hiciste y que aún no se ha cumplido.

Estoy abrumada por el dolor del mundo.





Jesús:

Esther...

¿Has dejado de confiar en Mí y en Mi providencia?

Cuido a las aves del cielo…

¿No crees que cuidaré de estos tres ángeles, los hijos de tu querida amiga?

¿Por qué te preocupas?

¿Por qué te abrumas si Me conoces?

Descansa en Mi seno.

No eres tú, sino Yo, quien cuido y protejo a Mis criaturas.

Tú no eres la llamada a criarlos.

Tú eres la llamada a dar aliento y esperanza a los que sufren.

No te encargo esa misión, te encargó otra: estar junto a Mí.

A Mi vera y dentro de Mi corazón.

Tú eres Mía.

Yo soy tuyo.

Ambos somos fusión.

Olvídate de esa carga que no es la tuya.

Tú solamente espera.

Espera en Mí.

Descansa en Mí.



18 Mayo del 2009



1,15 a.m.



Esther:

Jesús, ¿quieres hablarme?



Jesús:

De nuevo reposo en tu corazón.

Tú eres la depositaria de Mis íntimos secretos.

Mi complacencia está en ti.

Déjate amar por Mí.

No te resistas ni rechaces Mis palabras de amor por saberte indigna de Mis preferencias.

¿Ves Mi mirada de amor?

Yo soy el Amor.

Amo especialmente a los pobres y a los desolados.

A los enfermos y agonizantes.

A los niños y a los necesitados del mundo.

También amo a Mis sacerdotes.

Mis queridos elegidos que andan tan descarriados.

Han perdido el camino.

No siguen Mis huellas.

Quieren hacer camino aparte porque creen que es mejor ser razonables en este mundo irracional.

Pero la razón de Mis hijos sacerdotes está invadida por las tinieblas.

Y las tinieblas les impiden ver Mi luz.

Dile a ellos que sólo hay una ley:

El AMOR.

Que amen como Yo os he amado.

Que amen a Mis hijos como Yo los amo.

Y Yo entregué Mi vida.

Que ellos entreguen su vida diariamente por amor, con amor y para el Amor.

Yo soy el Amor.

Esther, escucha Mis palabras.

No te vayas de Mí.

No creas que son tus pensamientos.

Yo habito en tus pensamientos.

Yo te inspiro estas palabras.

Ve a Mis sacerdotes y háblales de Mí.

Recuérdales quién soy.

¡Qué apenado está Mi corazón por el estado del corazón de Mis sacerdotes!

¡Qué angustia ante su egoísmo y dejadez!

La vanidad y la soberbia se han apoderado de la mayoría.

¿A dónde conducirán a Mis pequeños?

Orad los pequeños por vuestros pastores para que se conviertan a Mí.

Orad, almas pequeñas, para que este mundo se salve.

La salvación está en manos de Mis pequeños porque a ellos Me place revelarme.

Y Mis pequeños reconocen Mi voz.

Como el bebé que no confunde la voz de su madre con ninguna otra voz.

Nadie puede suplantar la voz su madre.

Así vosotros, Mis pequeños.

Aunque mil voces hagan ruido a vuestro alrededor...

!Distinguid enseguida la Mía!

Mi voz es suave y consoladora.

Mi voz es la verdad.

Mi voz es espiritual.

Mi voz es luz para vosotros.

Haced silencio y escucharéis Mi voz.

Guardad Mis mandamientos y viviréis en Mí.

Sed santos y seréis Yo, parte de Mí, de Mi Cuerpo Místico.

Os amo.

No Me olvidéis.

Tenedme presente en todo momento.

Yo os conduzco hacia la vida eterna.



22 Mayo 2009



12,03 p.m.





Esther:

Querido Jesús, te amo por encima de todo.

Al menos esa es mi voluntad.

Estoy en la consulta del médico y tengo un cierto temor.

Por ello acudo a Ti y a María para que me custodiéis y todo salga según Tus designios.

Me siento muy caída, sin fuerzas, con tristeza.

Tú, Señor, eres el verdadero médico y a Ti te pido mi curación y la de las personas que llevo en mi corazón.



Jesús:

Esther, aún en la consulta estoy íntimo a tí.

Te custodio siempre.

Te amo siempre.

En cualquier circunstancia y en cualquier lugar.

Sé y vivo tu pena, pero no te preocupes.

Todo está ordenado al bien.

Sé muy dócil a Mí.

Atiende todas Mis inspiraciones porque la obra a la que te destino es muy alta en orden a vuestra salvación.

No temas.

¿No ves que Yo estoy contigo?

Soy el verdadero defensor de Mi criatura.

Eres Mi hija.

Mi querida y preciosa hija.

¡Sí vierais de qué manera os percibo Yo!

No tenéis para Mí ni edad, ni raza, ni distinción alguna.

En Mi corazón sois tan amados, que Mi propio amor os hace bellísimos para Mí.

Que ninguno de vosotros piense o crea que no vale para Mí.

¡Si supierais…!

¡Si supierais en cuanto os he tasado!

Vuestro valor es infinito porque Mi amor por vosotros es infinito.

Nada temáis.

Nada os acongoje el alma.

¿Dejaré abandonado a quien para Mi tiene infinito valor?

No.

No os abandonaré jamás.

En todo caso Me abandonaréis vosotros, pero jamás Yo Me olvidaré de ninguno.

Es un mensaje de amor el que os transmito.

¡Os amo tanto!

¡Tantísimo!

Os he elevado a la cumbre de la creación.

Os quiero parte de Mí.

Os quiero unir Conmigo mismo.

¡Aceptad Mi regalo excelso!

¡Creed en Mis palabras!

¡No os dejéis engañar por este mundo dominado por la mentira!

¡Oh, venid a Mí!

En este momento en que te hago partícipe de Mi mensaje de amor, recíbelo con todo tu ser y dime que sí.

Eso Me bastará para entregarte Mi promesa.

Mi ser descansa en aquellos que Me aceptan.

Mi ser colma a quien desea recibirme y amarme.

Yo os amé primero.

Quiero vuestro amor segundo.

No os defraudaré.

23 Mayo del 2009



Jesús:

Pídeme lo que quieras.

Todo te lo voy a conceder.



Esther:

Pido por mi amiga tan enferma, mi hijo y Tu promesa…

Y todo lo demás que sabes que tengo en mi corazón.



Jesús:

Por el amor que te tengo salvaré a todos los que se acerquen a ti.

Tus ángeles, Esther, están junto a ti custodiándote.

Te aman mucho.

Acude a ellos.

Su gozo y su misión es servirte porque Yo te amo.

Os llevo a todos recogidos en Mi corazón.

Si alguno quiere irse de Mi, puede hacerlo puesto que las puertas de Mi corazón siempre están abiertas y así las encontrará si decide volver.

Quiéreme siempre, Esther.

Quiéreme eternamente, como Yo te quiero a ti.

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